Yo no voy a decir mucho, creo que en las noticias se ha dicho y se sigue diciendo mucho, testimonios e informaciones valiosas. Sólo voy a decir que estoy horrorizado, que siento pena, angustia, dolor, rabia e impotencia por lo que ha pasado en este país, que se nos vendió como un país del primer mundo y que en este momento es el peor país del mundo. El gobierno ha terminado sepultando, en 3 días, una reputación de 4 años, desorganizados, indecisos, aterrados, ineficaces.
Las personas se están organizando, pero en las zonas de catástrofe se han organizado para saquear, para robar. ¿Qué pasó con esa época cuando se juntaban para hacer ollas comunes?, ¿para darse aliento en torno a una fogata?. Eso ya no existe. ¿Dónde están las autoridades? ¿y los políticos (senadores, parlamentarios)?, ¿En «Las Tacas» de vacaciones?.
En este minuto, lo juro por mi vida, a los únicos que he visto organizando ayuda es a los universitarios que están volviendo a clases, ilusionados, esperanzados, aún creen en la vida, aún no son conscientes de estar ayudando además, a los ineficaces de siempre, en su ingenuidad social, en donde no son capaces de comprender que en minutos como éstos, les hacen el trabajo a otros. Esos otros que en buenas épocas señalan tener una enorme «vocación de servicio social», pero que ahora no obstante parece no existir. Universitarios… sólo ellos siguen ayudando de corazón, sólo ellos siguen creyendo en la gente.